La Aventura de Dejar tu Hogar

La Aventura de Dejar tu Hogar. 

Aprendí a vivir extrañando, pero valorando los nuevos comienzos.

Vista del canal de Panamá. 
Dicen que no hay lugar como el hogar. Nací un octubre en 1991 en El Salvador, un país que al llegar a Suramérica casi nadie conoce, si lo conocen saben de las maras, Maradona y Nayib Bukele, presidente electo en 2019. 
Salir de casa no fue tan fácil y agradable como creía, constantemente fantaseaba con una historia de una nueva mi, nuevas personas, nuevos ambientes, nuevas comidas, nueva moneda, una nueva cama y una mochila donde encontraría mis sueños cumplidos.

El día que compre mi mochila "de mochilero" creí que había alcanzado la gloria, más no sabía que estaba adquiriendo un bolso donde guardaría mis aventuras, que cada que dejara un lugar la tomaría como el primer día antes de irme de casa, donde elegí la ropa "suficiente para viajar" y que en el aeropuerto me la desacomodarían, que cuando estuve en Costa Rica estaba tan dormida que no supe como volverla a acomodar al momento de partir, por que el avión me estaba dejando. 

Última foto con mis papás antes de subir al avión.

Arreglando mis cosas antes de salir de Buenos Aires a Uruguay.

En esta travesía han pasado muchas cosas, muchas y  vuelvo a hacer énfasis y en negrita "MUCHAS". 
Conocer muchos amores y recordarte de tu ex constantemente nunca esta en las planes donde guardas el pasaporte, como dejar comer la comida de costumbre y extrañar las tardes de Starbucks que alguna vez me parecieron aburridas.
Sentarse frente al mar con abrigos de nieve nunca me pareció tan bizarro, como caerme en la GRAN BUENOS AIRES en el medio de una construcción andando en bici. 

Viajar nunca va a ser como lo esperabas, NUNCA. Pero si seguramente será mejor. 

Agradezco constantemente no haber elegido un país donde no hablan el idioma, aunque con suerte aprendí a falar um pouco de português.

Una de las decisiones más locas que pude tomar en mi vida fue hacer un voluntariado, si trabajas por voluntad, NO TE PAGAN NADA. 
No se imaginan cuanta gente se ha ofendido, sorprendido, criticado y hasta felicitado por esta decisión.

Y sí, hay gente que viaja o vive de esta manera, en hostels grandes o pequeños intercambiando sus habilidades por un lugar para dormir y a veces comida.
A todo esto debemos que saber que no siempre tendrás la mejor habitación, compartí habitación con 10 personas, SI 10 PERSONAS. Entre chicos y chicas de todo el mundo, a ver hago el listado:
-Brasil
-Colombia
-Argentina 
-Suiza 

Familia 1.0 Brasil, Colombia, Argentina y El Salvador.
Paulo, Jenny, Rebe, Gaby, Juliano, Tomás, Andreí, Beto, Colombia Boy (Jonathan), Iago, Lucas y yo.

Bros: Beto, Juliano, Tomás y Rebe.

Familia 2.0 Suiza, Brasil, Argentina, El Salvador.
Matilda, Jane, Ricardo, Frank, Andrea, Lucas, Jeny, Mica, Gaby, Remo, Rebe y Iago.

Personas con muchas diferencias, pero muchas cosas que marcaron mi vida, ahí fue donde encontré una familia en el extranjero, y volvernos a encontrar es una de las metas en esta vida.
Este fue el lugar donde aprendí a decir adiós, cada vez que pasaba no era más fácil, sabes que algún día te vas a despedir, que todos venimos por un tiempo limitado, pero cuando se termina el tiempo o hay cambios de planes no es fácil decir hasta pronto o un adiós definitivo y te despides de personas que dejan un gran vacío y que no sabes que extrañarás constantemente, incluso como extrañas tu misma casa.

Despertarme con la sensación de estar en mi cuarto es una de las cosas más extrañas que me ha pasado, incluso después de vivir más de medio año fuera, despertar y sentir que puedo salir en pijama y mi mamá estará en la cocina esperándome con pancakes paso a ser la fantasía más grande.
A pensar que le podré escribir a mi mejor amiga y decirle que en 1 hora paso por ella para ir a la playa y apagar este sentimiento cambiándome la pijama por el bikini y caminar hacia la playa sola en el medio de un día "soleado" con 15 grados que después de vivir el invierno me parecía un día perfecto fue una de las sensaciones más extrañas.
No quiere decir que algún día volveré a El Salvador, solo quiero contarles esa sensación de extrañar lo conocido, eso que no valoramos, recordar la carretera del aeropuerto a casa que no recorrí más ese 2019 o encontrarme con el calor del mar y un atardecer más para luego cerrar el día con las pupusas que tanto decía que no me gustaban.

Extrañar casa es difícil, extrañar casa es aprender a vivir con el constante vacío de algo que sabes que tuviste, que vas a volver algún día pero sabrás que nada será igual, por que entonces extrañaré Punta del Este, el lugar que llame hogar durante 7 meses.

Viajar es una aventura que no todos sabemos como será, viajar, conocer y expandir tu mente es algo que siempre le recomendaré a TODOS sin importar la edad que tengas, debes de hacerlo.

Viajar solo es la mejor experiencia que podes hacer para conocerte tu mismo, saber quien sos y quien queres ser, fijar metas, aclarar dudas y reinvindicar el camino. Una vez te encontrás solo sabrás que camino tomar, sabrás que no importa lo que los demás digan, al final es tu decisión, al final es tu vida.

Puerto Madero
Buenos Aires

Playa de Piriápolis.

Argentino Hotel, Piriápolis.

 Museo Ralli, Punta del Este.

Museo Ralli, Punta del Este

Capi Bar, Punta del Este.

Estadio Centenario, Montevideo.

Carretera a Montevideo.

Playa Brava, Parada 10 Punta del Este.
Colombia Boy (Jonathan), Ricardo y yo. 

Cena en el Hostel.


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